top of page

Seremos abundantes hasta que aprendamos a recibir.

Siéntese, ha llegado usted a una entrevista de trabajo. ¿Puesto? CEO de lo que siempre ha soñado.

Le voy a hacer un par de preguntas para ahorrarnos tiempo: 1.¿Cuando recibe algo se siente culpable o en deuda?

2.¿Cuándo fue la primera vez que se sintió así? 3.¿Siente que le hace daño a alguien por recibir más que esa persona?

4.¿Le cuesta trabajo creer que merece cosas buenas?

5.¿Tiene dificultad para expresar sus necesidades, así sea desde pedir un aumento en su trabajo, hasta decirle a un mesero (a) que su platillo está incorrecto? Si respondió que sí a al menos 3 de estas preguntas, déjeme decirle que lamentablemente no es candidato para esta vacante, su propia vacante: la de ser dueño / fundador / creador y embajador de sus sueños más grandes. Y por una sencilla razón: la de no asumirse como merecedor de todo ello.


Qué lástima porque usted tiene el perfil y el talento, se ve que le ha metido tiempo aunque siempre diga lo contrario. No se excusa como muchos diciendo: no lo he hecho porque no he tenido tiempo. A usted lo que le sobra es eso, porque tiene tiempo para ver bailecitos en el TikTok, stalkear el perfil de su ex que quedó más jodido que usted (si eso le consuela, vamos...siempre consuela). Tiene tiempo para ver qué hay de nuevo en Netflix, para pedir una cosa más en Amazon, y de paso leer a esta sátira escritora que le está robando minutos de su tiempo para decirle que lo invierta en algo mejor: tener fe en sí mismo. Si tiene tiempo para consumir, tiene tiempo para crear.


Y esque fuimos educados no a la mala, sino a la demasiado buena, a no ser egoístas, a cumplir expectativas, a pensar primero en los demás, a ser primero madre, padre, novia, esposo, hija, hermano, amigo, trabajador del mes y del año, empresario de portada del Forbes, modelo deconstruido de Vogue, influencer del siglo, incluyente, influyente, emprendedor, madre y padre, estudiante, 4x4, transformer y power ranger los domingos,y además un buen cristiano. Pero a qué hora nos preguntamos ¿cuándo vamos a disfrutar de todo esto? pausar para habitar y contemplarse en el proceso, en vez de no quitar los ojos en el resultado. ¿Se acuerda usted de cuando era niña o niño?,¿A qué jugaba?, ¿De qué se reía? Cuándo le empezó a costar trabajo recibir halagos, oportunidades y buenas cosas, si está en nuestra naturalidad humana hacerlo. No nacemos solos, literalmente somos una máquina succionadora de todo lo que nuestra creadora y diosa madre es, ocupamos espacio,  pateamos a las horas más inoportunas, nos enredamos en el mismo cordón que nos conecta como si supiéramos que al nacer, nos convertimos en nuestro propio adversario, y demandamos que nos saquen a navajazos de la panza, si es necesario. Mamamos leche, mordemos la teta, la misma teta que nos da de comer y nadie nos juzga por eso. Dormimos plácidamente. ¿Hace cuánto que usted no duerme con facilidad sus 8 horas mínimo?, por qué le cuesta darce un merecido descanso, o no merecido, da igual. Usted simplemente no descansa, si no se evade los viernes por la noche en alguna promoción de cubeta de chelas a $200 ahí por la Zona Rosa, se empierna con su perro en una noche de Netflix and Chill, ve porno, desliza en Tinder, se sale por segunda vez en el día al gimnasio. Y no digo que algo de eso esté mal, confieso que lo he hecho. Pero en qué momento vamos a descansar, el sutil arte de NO HACER NADA está cada vez más extinto. No se haga eso, permítase ser humano. Total, ya con la inteligencia artificial qué tan poco tiempo nos queda para serlo. Lo reto a dejarse ser humano, y si de plano se siene muy chinguetas, lo reto a ser de nuevo un niño.


De esos diminutos que sueltan las verdades más mordaces y no miden ni un metro. Liliputienses llenos de seguridad y sabiduría que se saben merecedores de ser vistos, de ser amados, escuchados y te cuentan cosas y cosas que no tienen sentido para uno, pero que si le pone atención y especial oído, puede resultar en una alegoria y verdad de muchas cosas. Los niños no saben de rechazo, lo aprenden de nosotros. Lo natural es quererlos, criarlos, educarlos y dejarlos ser, en qué momento nos castramos y nos empezamos a refugiar en el auto rechazo: postergando aquel projecto, aquella clase de inglés, aquellos estudios médicos que necesita usted. Póngale la actividad que quiera, el chiste es que todos hemos procrastinado, porque no sabemos merecer ni el triunfo ni mucho menos el fracaso.


Pensamos que "para qué lo intento" como si no mereciere la pena. Y cuando por fin recibimos un bien hecho o un halago, nos cuesta un chorro de trabajo aprhender, y lo digo con ese sentido de la palabra, tomar aprehención y pertenencia de las cosas, en este caso de los méritos.


Así que efectivamente, en este ´punto de la entrevista se habrá dado cuenta de por qué no le podemos dar el trabajo....por ahora. Pero podemos darle una serie de pautas de lo que buscamos en el perfil, ¿está lista(o)?


  1. DELEGUE Y APRENDA A PEDIR AYUDA. Si es usted hombre, hermánese con los de su sexo, la comunidad de hombres debe sanarse; muéstrele a su mujer lo que le duele. La vulnerabilidad conecta y sepa que las cosas vividas en equipo, hasta las penas, unen. Si es usted mujer no materne a otros, deje de validarse en los aciertos que le ponga la gente, permítase ser la mala, la egoísta, la sola, con la que no siempre cuentan. La identidad de la buena mujer, basada en cuanto se desvive por otros está cabrona; lo vi con mi abuela y su hígado atrofiado de tanto mal pasarse las comidas y evadir los tratamientos. Siempre por estar sacando adelante a los otros. No somos Jesús y jamás nos atreveríamos a serlo, pues es hasta soberbio pensarlo, que somos tan omnipotentes, tan omnipresentes como para sacrificarnos así por otros y no morirnos en el intento. Me hubiera gustado tener esto claro cuando mi abuela vivía, quizá hubiera podido decirlo, quizá pudo cumplir sus 80 años el 13 de abril con nosotros, quizá también es muy soberbio de mi parte pensar que pude haber influido en todo eso. Quizá mi mamá lea esto y sepa que no quiero perderla.

    Así que mujeres, pidamos ayuda y sobre todo HAY QUE RECIBIRLA. Nuestra naturaleza humana (y hasta sexual, biológicamente) es receptora, por qué nos cerramos a eso. No tengan miedo a delegar cosas, nadie va a hacerlo igual que nosotras, pero aprendamos a confiar, a soltar, entiendo de donde viene todo este rol masculinizado, los tiempos no nos ayudan mucho y ciertos princesos menos, pero a esos hay que pasarlo de largo y dejarse descansar en aquellos dispuestos a ser el descanso. Hay, existen.

  2. AGRADEZCA EN VEZ DE SENTIRSE EN DEUDA. Los favores se agradecen, no se pagan y cuando llamamos las cosas por su nombre le damos un acomodo más preciso. En este caso agradecer tiene que ver más con hacerle ver al otro que apreciamos su gesto, su presencia y ayuda. Más relacionado a fortalecer la relación (estableciendo una conexión humana sin la expectativa de recibir algo a cambio) y no una transacción como podría entenderse al concepto de pago, el cual busca equilibrar, mantener la balanza, llegar a un: ni me debes ni te debo, y aunque suena justo, y tentadoramente pragmático o resolutivo, siempre me parecerá más entrañable un: No tengo palabras para agradecerte, Tu apoyo me ha dado fuerzas para seguir adelante que un: Estamos a mano.



  3. CULPABLE...O MEJOR NO. Cuantas veces usted se ha sentido "raro" a la hora de recibir algo.Déjeme decirle que el subtexto de eso probablemente se llama: culpa. Y si no le parece suficiente la loza mental que implica cargar con algo como eso, déjeme contarle sobre las repercusiones físicas que conlleva: ansiedad, depresión. auto percepción distorsionada, o sea sensación de baja autoestima, aislamiento y bloqueo emocional / comunicativo. La culpa entorpece las relaciones sociales, al asumir que el otro no nos va a comprender, entregar o ver algo valioso en nosotros. Por eso aprenda a dar espacio a la incertidumbre, no asuma que es culpable, en el primer instante que la culpa le venga a hacerla de malas, permítase pausar y no saber, no saber nada y aférrese a ello. Cuando piense: seguro lo hace porque me tiene lástima, usted qué sabe, o cuando piense: esque no quiero ser una carga, usted qué sabe, quizá alguien siente placer en cuidarle, alguien aún recuerda su cara, el consejo que dio hace muchos años, su agradable risa, su manera de apretar la mano en un saludo, algo bueno tiene usted y eso sí que no lo ponga en duda. Lo demás que le imponga una barrera receptora, dúdelo, rómpalo, cuestiónelo, no asuma que tiene toda la verdad, si piensa que no merece lo bueno, de nuevo, usted qué sabe, así que no se sienta culpable. Permítase al menos experimentar esa incertidumbre.


  4. ENCONTRAR LA MISMA DICHA EN RECIBIR QUE EN DAR. ¿Ha escuchado este discurso de la gente que dice que servir a otros y ayudar a otros da felicidad? Da un sentido de propósito y a veces hasta de identidad, pero qué pasa cuando se nos va de las manos, que como todo en exceso deja de ser algo equilibrado y placentero para convertirse en algo descomunal y agotador. A lo que voy esque quiero decirle que sólo dar no es natural. Ni las plantas hacen eso, ellas no le dan la espalda al sol, se alimentan de él, y a su vez alimentan a la tierra y de paso a nosotros, y curiosamente les devolvemos un poco en forma de dióxido de carbono. Y el ciclo empieza de nuevo. Somos sinergia y a medida de que aprendamos a recibir, equilibraremos el dar. Asi es que, le invito a prepararse para la siguiente entrevista y aplique para la vacante de SER MERECEDOR DE SU PROPIA VIDA, esa vida con la que sueña y merece. Nos vemos por aquí en seis meses, nosotros le llamamos, de veras le llamamos. NO VIVE MAS TIEMPO EL MÁS FUERTE SINO EL MAS ADAPTABLE.

    Y NO LLEGA MÁS LEJOS EL QUE LO DIÓ TODO EN LA CANCHA,

    SINO EL QUE SUPO RECIBIR EL BALÓN EN TODAS LAS OPORTUNIDADES QUE TUVO.


 
 
 

Entradas recientes

Ver todo

Comments


¿Me invitas un café? ☕

Tus aportaciones me ayudan a seguirte escribiendo 🖤
MXN
Claro Margo, te envío un

© 2025 by Margo Quiroz. Powered and secured by Wix

bottom of page